A medida que el hombre desarrolla conocimientos y tecnología cada vez tiene más dominio sobre la naturaleza. Al comienzo de nuestra humanidad se apropió de los recursos naturales como el agua, para provecho y satisfacción de sus necesidades básicas, hoy la utiliza con un objetivo propiamente mercantil.
Hay que analizar la realidad humana desde dos categorías, una es la reproducción material de la vida y la otra es la reproducción simbólica de la vida. El hombre reproduce su vida de estas dos formas llevando a cabo sistemas de acción medio fin (me valgo de los medios para llegar a un fin) y sistemas de acción según fines (me valgo de los fines para llevar adelante una acción). Son racionalidades diferentes que van de la mano, aunque gracias al avance de la técnica, se esta erosionando la que se pregunta por el para que (sistemas de acción según fines).
Compartimos la segunda reserva de agua dulce subterránea del mundo con Brasil, Paraguay y Uruguay. No es un yacimiento ni un lago subterráneo sino es agua que corre entre las fisuras de las rocas y las arenillas del subsuelo. Es capaz de abastecer a toda la humanidad por dos siglos. Los países del primer mundo por ejemplo Estados Unidos ya contaminaron sus ríos y ahora vienen en busca de nuestras aguas.
Hablando de números solo el 3 por ciento de agua de la superficie del planeta es dulce, una de cada tres personas tiene acceso al agua potable y 3 millones de niños mueren cada año por falta de este recurso. “Las próximas guerras no serán por el petróleo, como la de Irak, sino por el agua”. Lo dijo el Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
Se estima que el hermano de Bush habría comprado 5.000 hectáreas de tierra llamada estancia “la Sofía” en la localidad de Las Vertientes a 27 kilómetros al suroeste de Río Cuarto. Se trata de un fondo de inversión norteamericano y chileno que exportará desde la Argentina agua potable “Premium” a Europa.
Los países ven en nuestro acuífero el objetivo económico nada mas, establecen proyectos para enmascarar sus principales intereses. Como por ejemplo el proyecto firmado en 2003 “protección ambiental y desarrollo sustentable del sistema acuífero guarani” que fue financiado por el Banco Mundial y los gobiernos de Holanda y Alemania. Con esto se llega a dos cosas: concentración en pocas manos y dejar a las multinacionales al mando de las reservas.
El agua constituye un recurso fundamental para la vida, no solo nuestra sino de todas las especies del planeta. Sin ella no podemos vivir. En seguida surge la pregunta ¿quién nos garantiza que los países que exploten el acuífero no lo van a contaminar o destruir?
Hoy existe un determinismo tecnológico, en todos los ámbitos estamos mediados por la tecnología. Hay que preguntarse si esa forma de producción beneficia a la naturaleza o no. Por lo que vemos a simple vista es seguro que no.
El derecho al agua es para todos, nadie debe apropiarse del recurso para ganancia individual, aunque el capitalismo con su sistema de producción arrasa todo.
Se necesita ejecutar una racionalidad deliberativa y ética sobre el cuidado de este recurso muy importante como el acuífero. Hay que llegar a un acuerdo o consenso para que no lo contaminen con la explotación indiscriminada, con el objetivo de ganar más capital económico. Ojala que este nivel de dominio que alcanzo el hombre no constituya un abuso del recurso que termine destruyéndolo.
El Estado debe intervenir y controlar las tierras que se están vendiendo de alguna manera, y establecer políticas económicas de protección sobre nuestras aguas.
Hay que analizar la realidad humana desde dos categorías, una es la reproducción material de la vida y la otra es la reproducción simbólica de la vida. El hombre reproduce su vida de estas dos formas llevando a cabo sistemas de acción medio fin (me valgo de los medios para llegar a un fin) y sistemas de acción según fines (me valgo de los fines para llevar adelante una acción). Son racionalidades diferentes que van de la mano, aunque gracias al avance de la técnica, se esta erosionando la que se pregunta por el para que (sistemas de acción según fines).
Compartimos la segunda reserva de agua dulce subterránea del mundo con Brasil, Paraguay y Uruguay. No es un yacimiento ni un lago subterráneo sino es agua que corre entre las fisuras de las rocas y las arenillas del subsuelo. Es capaz de abastecer a toda la humanidad por dos siglos. Los países del primer mundo por ejemplo Estados Unidos ya contaminaron sus ríos y ahora vienen en busca de nuestras aguas.
Hablando de números solo el 3 por ciento de agua de la superficie del planeta es dulce, una de cada tres personas tiene acceso al agua potable y 3 millones de niños mueren cada año por falta de este recurso. “Las próximas guerras no serán por el petróleo, como la de Irak, sino por el agua”. Lo dijo el Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
Se estima que el hermano de Bush habría comprado 5.000 hectáreas de tierra llamada estancia “la Sofía” en la localidad de Las Vertientes a 27 kilómetros al suroeste de Río Cuarto. Se trata de un fondo de inversión norteamericano y chileno que exportará desde la Argentina agua potable “Premium” a Europa.
Los países ven en nuestro acuífero el objetivo económico nada mas, establecen proyectos para enmascarar sus principales intereses. Como por ejemplo el proyecto firmado en 2003 “protección ambiental y desarrollo sustentable del sistema acuífero guarani” que fue financiado por el Banco Mundial y los gobiernos de Holanda y Alemania. Con esto se llega a dos cosas: concentración en pocas manos y dejar a las multinacionales al mando de las reservas.
El agua constituye un recurso fundamental para la vida, no solo nuestra sino de todas las especies del planeta. Sin ella no podemos vivir. En seguida surge la pregunta ¿quién nos garantiza que los países que exploten el acuífero no lo van a contaminar o destruir?
Hoy existe un determinismo tecnológico, en todos los ámbitos estamos mediados por la tecnología. Hay que preguntarse si esa forma de producción beneficia a la naturaleza o no. Por lo que vemos a simple vista es seguro que no.
El derecho al agua es para todos, nadie debe apropiarse del recurso para ganancia individual, aunque el capitalismo con su sistema de producción arrasa todo.
Se necesita ejecutar una racionalidad deliberativa y ética sobre el cuidado de este recurso muy importante como el acuífero. Hay que llegar a un acuerdo o consenso para que no lo contaminen con la explotación indiscriminada, con el objetivo de ganar más capital económico. Ojala que este nivel de dominio que alcanzo el hombre no constituya un abuso del recurso que termine destruyéndolo.
El Estado debe intervenir y controlar las tierras que se están vendiendo de alguna manera, y establecer políticas económicas de protección sobre nuestras aguas.